La posibilidad de olvidarse de los ya tradicionales 24 frames por
segundos para alcanzar 48 cuadros por segundo, o incluso más, ha
levantado un interesante debate en la comunidad.
El productor de Avatar, Jon Landau, fue tajante durante un debate organizado por
Christie
en Siggraph, clausurado el pasado día 9 en Los Ángeles, al afirmar que a
la hora de decidir llevar a cabo una producción a un frame rate mayor
de lo habitual deben ser los cineastas y no los estudios los que tomen
la decisión. En esta línea se ha posicionado también el propio James
Cameron.
Sin embargo, la posibilidad de olvidarse de los ya tradicionales 24
frames por segundos para alcanzar 48 cuadros por segundo, o incluso más,
ha levantado un interesante debate en la comunidad.
Los partidarios de velocidades de cuadro más altas sostienen que una
alta velocidad ofrece una imagen más real y la verdadera ilusión de
movimiento continuo. Particularmente se beneficiarían de esta mayor
velocidad de cuadro el cine estereoscópico y aquellas escenas con mucho
movimiento y acción en las que se produce la típica, e indeseada,
estela.
Por su parte, otros expertos sostienen que las imágenes a 48 fps o
más son demasiado reales, asemejándose demasiado al vídeo más que al
look tradicional de cine al que estamos acostumbrados.
Una investigación llevada a cabo por IBM en la década de 1970
demostró que 72 Hz era una velocidad adecuada para alcanzar el umbral de
fusión de parpadeo (el ritmo al que el ojo humano no distingue el
parpadeo en una imagen en movimiento).
Recientemente, RealD ha venido experimentando con imágenes a 24fps
dobles y triples de forma intermitente para llegar a frecuencias de
48fps y 72fps por ojo, llegando a la conclusión que 48 fps era todavía
incómodo para “una gran parte de la población”, pero que el parpadeo
desaparecía en su totalidad a 72 fps.
Avatar y El Hobbit
Por el momento, James Cameron ya ha anunciado que la secuela de
Avatar se rodará y postproducirá a alta velocidad al igual que Peter
Jackson ya ha hecho con
El Hobbit a 48 fps. Cuando se proyectó
un adelanto coincidiendo con CinemaCon el pasado mes de abril hubo
reacciones de todo tipo ante este nuevo look de paso rápido del frame.
Pero más allá del debate sobre el look final de una película rodada a
alta velocidad de cuadro la verdadera dificultad la encontramos en la
capacidad de almacenamiento y computación en rodaje y postproducción.
En el caso de
El Hobbit, su rodaje a 48 fps ha supuesto
generar entre seis y doce terabytes de datos cada día. Se estima que
toda la película digital sumó el equivalente a 7,3 millones de metros de
película. Más allá del rodaje, el verdadero reto de trabajar a 48 fps
lo están encontrando la postproductora Park Road haciendo auténticos
malabarismos para evitar cuellos de botella con tan ingente volumen de
datos.
En Siggraph, el supervisor de efectos en Industrial Light&Magic,
Jon Landau, reconoció que “la industria es consciente de estos
inconvenientes y retos a los que nos enfrentamos. Debemos empezar a
pensar en maneras de hacer esto de forma más económica y más rápida. No
quiero decir que este desafío no merezca la pena, sino que tenemos que
afrontarlo de forma inteligente”.