Muchos diseñadores de sonido toman el silencio como un efecto más. Así como cierto sonido puede causar una emoción determinada, el uso del silencio puede ser igual o más efectivo en muchos casos. Es un elemento que parece inofensivo pero es altamente importante dentro de la construcción de una secuencia sonora.
El silencio puede ser algo insignificante y pasa "desapercibido", o puede llegar a cargar un contenido emocional bastante grande y muchas veces preparar a la audiencia para que otro evento sonoro sea mejor recibido, creando muchas veces algo que es totalmente clave en el diseño sonoro: contraste.
Os invito a leer una corta pero muy interesante reflexión que realizó mi amigo Oscar de Avila en su blog, acerca del silencio y de como la objetividad o subjetividad de este puede lograr diferentes resultados en la audiencia y actuar sobre la narrativa de una forma muy especial.
"Uno de los principales objetivos del montaje sonoro cinematográfico, y para mi el más importante, consiste en dotar a los elementos que conforman la banda sonora original de un sentido, y estilo narrativo propio en cada una de las secuencias, de las escenas y de los planos que componen una película, para formar junto a la imagen, como repito muchas veces.... un contrato audiovisual perfecto.
El sonido en -Off- de la tapa de un cubo cayendo al suelo en un callejón, el ladrido de un perro en la lejanía advirtiendo la proximidad del malvado, el graznido de un cuervo presagiando la muerte, tormentas y relámpagos espantosos acompañan muchas escenas de moribundos en sus camas esperando su hora, los famosos gritos Wilhelm.... y muchos más, constituyen algunos de los clichés y técnicas narrativas sonoras que nos podemos encontrar en la banda de sonido de infinidad de producciones.
Pero existe un determinado elemento sonoro al cuál no se presta demasiado atención y que puede, bien utilizado y dosificado en su contexto narrativo, dentro de cualquier escena, crear y generar expectación, o incluso un impacto emotivo fuerte. Hablamos del silencio." Entre silencios y contrastes Geosound.
El silencio puede ser algo insignificante y pasa "desapercibido", o puede llegar a cargar un contenido emocional bastante grande y muchas veces preparar a la audiencia para que otro evento sonoro sea mejor recibido, creando muchas veces algo que es totalmente clave en el diseño sonoro: contraste.
Os invito a leer una corta pero muy interesante reflexión que realizó mi amigo Oscar de Avila en su blog, acerca del silencio y de como la objetividad o subjetividad de este puede lograr diferentes resultados en la audiencia y actuar sobre la narrativa de una forma muy especial.
"Uno de los principales objetivos del montaje sonoro cinematográfico, y para mi el más importante, consiste en dotar a los elementos que conforman la banda sonora original de un sentido, y estilo narrativo propio en cada una de las secuencias, de las escenas y de los planos que componen una película, para formar junto a la imagen, como repito muchas veces.... un contrato audiovisual perfecto.
El sonido en -Off- de la tapa de un cubo cayendo al suelo en un callejón, el ladrido de un perro en la lejanía advirtiendo la proximidad del malvado, el graznido de un cuervo presagiando la muerte, tormentas y relámpagos espantosos acompañan muchas escenas de moribundos en sus camas esperando su hora, los famosos gritos Wilhelm.... y muchos más, constituyen algunos de los clichés y técnicas narrativas sonoras que nos podemos encontrar en la banda de sonido de infinidad de producciones.
Pero existe un determinado elemento sonoro al cuál no se presta demasiado atención y que puede, bien utilizado y dosificado en su contexto narrativo, dentro de cualquier escena, crear y generar expectación, o incluso un impacto emotivo fuerte. Hablamos del silencio." Entre silencios y contrastes Geosound.
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