Un sistema de realidad virtual desarrollado por la empresa española Nesplora y bautizado con el nombre de ‘Isla Calma’, permite distraer el miedo al dolor y el dolor mismo de los pacientes que deben someterse a una intervención, como un tratamiento dental o una cirugía menor. Esta aplicación consiste en un software que permite, a través de unas gafas en 3D, que el paciente se sumerja en un escenario relajante e interactúe con él.
El sistema de realidad virtual ‘Isla Calma’ de Nesplora permite distraer el miedo al dolor en los pacientes que deben someterse a un proceso médico. De esta forma, esta innovación desarrollada por la compañía española posibilita también relajar el propio dolor de los enfermos. Por ello, los pacientes que deban someterse a una intervención, un tratamiento dental o una cirugía menor se van a ver beneficiados por este trabajo de investigación que se ha prolongado durante diez años en el tiempo. Durante la misma, los expertos han estudiado la aplicación de la realidad virtual en el dolor.
Como resultado de este proceso, los investigadores de Nesplora han creado este software, que facilita a través de unas gafas en 3D que el paciente “se sumerja en un escenario relajante e interactúe con él”, explican. Y es que, el miedo al dolor futuro “provoca que éste se perciba con mayor intensidad”, significan los especialistas. Por ello, este nuevo sistema permitirá que las consultas de dentistas y las intervenciones con anestesia local “se beneficien del programa”, añaden.
En relación a ello, el psicólogo de Nesplora y figura activa en la investigación, el doctor Unai Díaz, observa que la percepción del dolor “tiene un importante componente psicológico en el que la atención juega un papel clave”. Por esta razón, señala que cuando la atención del paciente está concentrada en el entorno de realidad virtual, “el umbral a partir del cual se siente el dolor se eleva”. En este sentido, manifiesta que cuando se produce esta situación los pacientes “tienen menos náuseas, una presión arterial más baja y piden menos analgésicos tras el tratamiento”. De este modo, el programa, de tres horas de extensión y que puede interrumpirse cuando se requiera, también posibilita que los profesionales ·trabajen de forma más rápida y concentrada”, concluye.